EL NUDO EN LA GARGANTA
Me atisbo
en los detalles constantes del pasado.
El rostro era el mismo.
Las manos, los pies, el cuerpo…
La mirada vívida, la timidez y el desconcierto.
Hice de cada paso por la vida una actitud meditada.
Y sin embargo hay algo que me aterra:
descubro a veces
que sólo soy
un ser desconocido
y entrañable
que me mira desde lejos.
Es solo porque hay que saber conocerse mejor y aprender a no meditar tanto y a dejarse llevar por la sinrazón de la locura sana. ;)
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