"Sé que ese azul radiante que lleváis en los ojos
es un cielo pequeño con un oro dormido" Vicente Aleixandre

martes, 31 de julio de 2012

MATERIA
Porque ignoro la mayoría de los significados, mis palabras se extienden hacia las generalidades.
¿Has embalsamado ya los minutos que crecieron junto a las ramificaciones de tu desdén?
Tengo tu reconocimiento rasgando alguna parte de mi cuerpo que no identifico claramente. 
Cuando busco el origen, como un perro que sangra y no reconoce de dónde le vino el golpe,
me vuelven palabras con tu voz, como susurros perdidos de certezas próximas.
Éste estar en ti es la única concreción que sé de veras.

lunes, 30 de julio de 2012

EL PAÑUELO DE SUSAN
Hay un lago que colma esta oquedad hasta los ojos.  Pero tú no tienes culpa de nada.
Eres el hermano, el amante, el ser solo que roza mis extremidades, y se aventura a mis palabras

tangente a su sentido.
Minimizas mi agonía estupefacto: ni me compadeces,  ni me abrazas.
Un día saldré al sol  y me extinguiré como la madreselva sin agua.
¡ALBRICIAS!

Rocas elevadas y ampulosos desiertos.
Lo que renazca lo hará sin opulencia la primera vez y luego será rodeado por infinitos ejércitos de cariátides incólumes.
No vale nada lo que ostentas.
Acaso ese gesto histriónico te hubiera cedido ciudades enteras de muertos en el camino.
Pero, porque eres consciente ahora y lo lamentas, no hallarás nada sin menoscabo.

jueves, 26 de julio de 2012

“YO QUIERO VERTE DANZAR”
 Y gira todo en torno a la estancia mientras se danza...
…Me encanta escuchar el trasiego de los repartidores, las puertas se abren y se cierran con ímpetu, alguien grita una nadería, pero la grita. Alguien rompe algo, por descuido, una botella de vidrio, una botella de vino que lanzó al contenedor, ¿lo saboreó en compañía la noche anterior?, ¿o más bien lo bebió calmando la desesperada conciencia de la soledad?, ¿lo disfrutó igualmente? Hay tiempo para conversaciones breves, se detienen y escuchan con avidez (aún queda el resto del día para hacer otras cosas), tienes que irte y no sabes a dónde.
… la gente anciana que baila al ritmo de siete octavas…

miércoles, 25 de julio de 2012


FICUS
   De mi abuela materna heredé el gusto por los olores encontrados. En medio del patio de la casa, sonreía emblemática la higuera, que había levantado  parte del suelo de la cocina y  parte del suelo del comedor. Cuando la amenaza de cortar sus raíces aparecía en alguna conversación trivial, yo me ponía muy seria, dispuesta a la lucha, dispuesta a los gritos y al llanto y a las palabras emotivas, si hubiera sido necesario. No lo fue, porque la higuera siguió allí, con su olor, disputando tiempo a tiempo los días eternos de verano. Cuando mis abuelos murieron, la higuera murió con ellos, la infancia y los recorridos alegres por las jaulas de los conejos o el pasillo con olor a naftalina. A mi abuela le gustaba que las habitaciones tuviesen, desde la media mañana, el color amarillo del sol tamizado por las cortinas, las puertas casi cerradas o entreabiertas.
   Yo, de manera inconsciente hago lo mismo. La claridad extrema me provoca frialdad, busco ese color cálido, amarillo tostado, en cada habitación, y también busco los olores de aquellos días. Hoy, me acordé de que le asustaban las tormentas de verano. Esta tarde ha habido una tormenta de verano. Yo adoro el olor de la calle mojada por el agua repentina, y los coches que se detuvieron un momento – o eso pensamos, sorprendidos por el caer insólito de la lluvia -, han vuelto a circular como si no hubiese pasado nada.

Estas cosas, son, me son. Me hallan en lo que soy a manos llenas.

viernes, 20 de julio de 2012

VERANO
Te miro y sonrío y respiro muy hondamente. Espantas los insectos como si de monstruos se tratara. Me provocas ternura. Infinita. Entonces me dan ganas de rayar el espacio circundante en el que habitas. “Aquí no entres”, le diría.
Sonríes cuando el viento se lleva los papeles, ya percibes su presencia irreverente. No sabes cuánto de caricia tiene su gesto. Pero ya lo aprenderás, ya…
No hay calma capaz de calmarte tus ansias de vida, y sonrío, sonrío hondamente. Me recuerdas al mar, como una nostalgia tramada en tiempos remotos. Tienes justo justo el olor de las higueras en verano cuando conversan con el sol.
Y tú no lo sabes.

lunes, 16 de julio de 2012

No todo va a ser oscuridad. Ni los árboles. Ni los niños.
Ni los verbos. Ni los vivos. Ni tú. No, no todo va a ser oscuridad.
Ni las aureolas, ni los reencuentros, ni las postales, ni los besos.